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1 día en Verona

Verona, la ciudad de los Capuleto y los Montesco

24-01-2015
Verona es una ciudad muy bonita que no le haría falta el lastre del amor para ser visitada, pero así son las cosas igual de no ser por los Capuletos y los Montescos yo no habría ido, la verdad Italia tiene tantas ciudades para ver que cualquier añadido hace una la más visitada y otra teniendo más cantidad y valor arquitectónico no va ni la mitad de la gente.
Verona es una de esas ciudades del norte de Italia que atrapan a cualquiera que la visita. Yo estuve un solo día y ahora cuando escribo esto tengo la sensación de que fue un sacrilegio cultural, Verona es una  ciudad pequeña y acogedora, se puede visitar en un día pero si son más mejor
El campo base lo tenemos en Bergamo, y vamos en tren a Verona. La Estación de Tren Porta Nuova, está a unos veinte minutos a pie del centro, pero no se hace largo es un paseíto agradable, con el aliciente de ver una ciudad sobre la que tanto has oído.
Trazar una ruta por Verona es muy sencillo porque puedes recorrerla andando o en bici sin ningún problema. Yo solo tenía un mapa no muy grande y un listado de las cosas que quería ver. Lo primero que nos encontramos es la Puorta Nuova y la avenida del Corso Porta Nova dando un paseíto muy agradable llegamos a la Piazza Bra, grande y espectacular, a la izquierda vemos una tira de casas típicas del norte de Italia, a la derecha un museo de arte en un edificio neoclásico, más a la derecha otro edificio neoclásico con columnas y frontón al más puro estilo griego. Por las banderas debe ser un edificio oficial y al fondo la joya de la plaza   el Arena de Verona, una especie de mini coliseo en el que los veroneses disfrutan de conciertos y obras de teatro al aire libre, tal y como se hacía en la época de los romanos.
A la izquierda del Arena sale la Vía Giuseppe Mazzini, recorremos una zona comercial llena de tiendecitas hasta la Piazza delle Erbe, que está en el centro de Verona y ocupa el lugar del antiguo Foro Romano. Sus terracitas, su mercado al aire libre, y el ir y venir de la gente, hacen de este lugar uno de los más pintorescos de la ciudad y a mi particularmente me encanto la plaza. Nada más llegar te recibe un pináculo y tras el el mercadito de frutas, suvenires, etc. Lo más curioso son los puestos, son muy grandes de madera y se pliegan y recogen en un periquete. Podría destacar algún edificio que a mi particularmente me ha gustado más pero lo mejor es el conjunto de palacios y casas con la fuente central y la columna con el león de San marcos el que está en todos los lados en Venecia, no hay que olvidar que estamos en el Véneto.
Justo en el centro hay como un templete y enfrente la torre dei Lamberti con un reloj, debajo el Arco de la Costa  y la Vía de la Costa por el que entraremos a la Piazza dei Signori que no tiene nada que envidiar a la del Erbe. Nada más entrar en la plaza a la derecha esta los servicios (por si acaso). Estas dos plazas y las calles que la rodean son para estar un buen rato perdiéndose y haciendo fotos a toda pastilla. En la Vía Mazzanti hay una escalera que lleva a una especie de balcón corrido, una construcción curiosa, entre otras. El Palazzo del Capitano no sabría de qué estilo es pero llama la atención ya lo descubriréis.
Salimos de la plaza por el arco que enfrenta al que hemos entrado, nos topamos con tumbas y atrios al aire libre dentro de un recinto con una verja muy laboriosa. Nada más pasar a la derecha en la via Arche Scaligere está la Casa de Romeo con una portada renacentista y una placa, pero cerrada y sin visitantes, una pena el chico no tiene seguidores.
Callejeando por los alrededores de la plaza en dirección al rio Adige vemos Santa Anastasia una iglesia de ladrillo visto sin pena ni gloria y El Duomo de Verona que tiene más pinta de iglesia italiana pero tampoco es para ir a Verona para verla adrede. Llegamos al Ponte Pietra sobre el río Adige. Disfrutamos de las hermosas vistas y nos metemos otra vez en la ciudad a seguir pateando.
Comemos en un bar al lado de la casa de Romeo, (sin pena ni gloria una sopa, escalope y regado con Paulaner), está en la esquina.
Dejamos el puente de piedra atrás y callejeando llegamos al Ponte Nuovo donde volvemos a admirar la otra orilla de Verona y ya estamos cerca de la casa de Giulietta, la cual está en la Via Capello y nos encontramos una casa totalmente renacentista como la de Romeo, pero esta con la puerta abierta y un ejército de turistas dispuestos a inmortalizarse en el balcón desde el que Julieta le daba esperanzas al olvidado Romeo. La casa tiene un túnel de un par de metros al entrar y las paredes de este están atiborradas de notas y post-it, un “whatsapp” renacentista en el que no se borran los mensajes. El túnel nos mete en un patio más bien sosito con una escultura de Giulietta en bronce con ciertas zonas más brillantes por el roce. La cola para hacerse una foto con la escultura es de 15 o 20 turistas, yo la tengo. Para el balcón la cosa es aún más difícil hay que hacer cola para subir al balcón y desde abajo que te hagan la foto. Excesivo turisteo hacemos foto al balcón desde abajo y nos vamos a seguir disfrutando de una ciudad que parece que este hecha para pasear.
 Volvemos hacia la Piazza de Erbe y por la Corso Cavour nos dirigimos al siguiente objetico, el cual es el Ponte di Castelvecchio. El camino es más que agradable entre palacios y casas muy bien conservadas, al llegar vemos algo más parecido a un castillo, con su foso y puente levadizo, que a un puente. Entramos por el puente levadizo y lo que vemos es efectivamente un castillo con sus torres y sus almenas,  hasta que aparece el puente, el cual esta fortificado con almenas, al otro lado hay un fenomenal jardín y damos un bonito paseo por la orilla del rio Adige no sin volver continuamente la vista para admirar el castillo y el puente.

Volvemos intentando perdernos hacia la Piazza de Erbe, y no lo logramos, lo cual es bueno ya que así podemos volver a ver esta bellísima plaza. Le damos otro repaso a la Piazza dei Signori y con lastima nos vamos hacia el Arena a despedirnos también de él, que no lo habíamos visto desde la mañana. Llegamos a la Piazza Bra anocheciendo así que podemos disfrutar del espectáculo del Arena y edificios de alrededor con la luz del anochecer. Una vez oscurecido decidimos hacer el recorrido inverso de la mañana y a tomar el tren hacia Bergamo.

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